¿Qué llevan en sus mochilas?
Crear entornos seguros y acogedores.
Que hablemos la misma lengua no significa que nos refiramos a lo mismo. Asegurarnos de que realmente estamos entendiendo lo mismo. Les podemos pedir que nos lo expliquen.
Nosotros, los españoles, somos generalmente escuetos y parcos de palabra. Vamos directamente al grano. Intentemos ser más dulces y esperemos que utilicen todas las palabras que necesiten para expresarse, aunque nos pueda parecer que se repiten.
Nuestro tono puede parecer muy seco y enfadado para los latinoamericanos. Hagamos un esfuerzo para dulcificarlo y explicarles que es nuestra manera de hablar, que no significa que estemos enfadados o seamos antipáticos.
Esto se amplía a sus familias para poder ser iglesia acogedora y poder ayudarles en su integración a una nueva cultura.
Fiestas y celebraciones
Todos somos diferentes. Que compartamos unas determinadas características no hace que nos guste lo mismo o reaccionemos igual ante una situación de exposición al público.
En este caso la reacción fue positiva. Pero podría haber sido un drama para otro niño.
Preguntemos a los padres y madres. Conozcamos a nuestros niños y no demos nada por supuesto.
Busquemos estrategias contando con ellos.