Tras el duro confinamiento del pasado curso donde todo se detuvo en el tiempo, me detuve yo también a reflexionar.

- Los alumnos confinados apenas seguían asignaturas como matemáticas o lengua.
- Aunque mandaba materiales de religión al correo de los papás, estos estaban tan estresados que mis mensajes eran la última de sus preocupaciones.
- No recibí ni una sola respuesta, ni retorno de ninguna propuesta.
- Me quedé con una sensación de frustración porque a pesar de mis intentos no conseguía llegar a mis alumnos.
Todo esto me sirvió para plantearme el nuevo curso, tan lleno de incertezas, dificultades y posibilidades de nuevos confinamientos.
Me marqué dos líneas maestras transversales que podía adaptar sin dificultad a cada grupo de edad:

- La Biblia
- El año litúrgico

Este año he tenido la suerte de tener un aula entera para mis clases y he podido utilizar todas las paredes para hacer un calendario litúrgico gigante y avanzar en él a través del dibujo de los niños.

Durante el primer trimestre trabajamos el Antiguo testamento y la cultura y tradiciones del pueblo judío. Me serví del «árbol de Jesé» para recoger lo que iban aprendiendo.

Seguí el orden de las historias que nos conducen al nacimiento de Jesús;
- La creación y Dios Padre
- El pecado original
- Abraham
- Isaac
- Jacob y Esaú
- José de Egipto
Tuvimos que detenernos en José, porque empezamos el adviento y pasamos a hablar de la Anunciación de María, La visita a su prima Santa Isabel, de José, la Navidad ( y Dios Hijo) y la adoración de los reyes.
Me serví de:
- la serie «Superlibro»
- infografías
- el Kamishibai
- las láminas de la Biblia para el Kamishibai
- Los símbolos de cada etapa.
Primero puedes explicar tú la historia, para que luego la cuenten ellos y ver lo que han aprendido.

Trabajo de clase:
Cada alumno está confeccionando su propia Biblia. En hojas de colores pegan el símbolo que previamente han pintado y escriben una cita del pasaje debajo. Les animo a decorar cada página con rotuladores, plantillas, purpurina… Al final de curso las encuadernaremos para que cada uno se lleve su propia biblia.
Durante todo el trimestre, los mayores (10 a 12 años), llevaban las hojas en su carpeta de deberes, de manera que, si confinaban a un grupo, podían seguir trabajando en casa y les pasaba todos los materiales por classroom.



Nos preparamos para el adviento explicando el año litúrgico y sus colores. Hicimos una corona de adviento con las manos de todos, desde los más pequeños a los mayores, y explicamos su significado y sus símbolos.
Este año, por motivos pandémicos, no pudimos hacer un gran Belén, pero se llevaron su nacimiento de plastilina y dejamos este encima de la corona de adviento.
Y así terminamos el primer trimestre.