
Pero la tierra estaba pervertida a los ojos de Dios y se había llenado de violencia.
Génesis 6, 11
Dios dijo a Noé:
«He decidido acabar con todos los mortales, porque la tierra se ha llenado de violencia a causa de ellos. Por eso los voy a destruir junto con la tierra.
Constrúyete un arca de madera resinosa, divídela en compartimientos, y recúbrela con betún por dentro y por fuera.
(…)
Yo voy a enviar a la tierra las aguas del Diluvio, para destruir completamente a todos los seres que tienen un aliento de vida: todo lo que hay en la tierra perecerá.
Pero contigo estableceré mi alianza:
tú entrarás en el arca con tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.
También harás entrar en el arca una pareja de cada especie de seres vivientes, de todo lo que es carne, para que sobrevivan contigo; deberán ser un macho y una hembra.
Irá contigo una pareja de cada especie de pájaros, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir.
Además, recoge víveres de toda clase y almacénalos, para que te sirvan de alimento, a ti y a ellos».
Así lo hizo Noé, cumpliendo exactamente todo lo que Dios le había mandado.
Génesis 6, 13-22
La entrada de Noé en el arca
Entonces el Señor dijo a Noé:
«Entra en el arca, junto con toda tu familia, porque he visto que eres el único verdaderamente justo en medio de esta generación.
Lleva siete parejas de todas las especies de animales puros y una pareja de los impuros, los machos con sus hembras –también siete parejas de todas las clases de pájaros– para perpetuar sus especies sobre la tierra.
Porque dentro de siete días haré llover durante cuarenta días y cuarenta noches, y eliminaré de la superficie de la tierra a todos los seres que hice».
Y Noé cumplió la orden que Dios le dio.
Noé confió en Dios y le obedeció. Se salvaron él y toda su familia.