
Después que Judas salió, Jesús dijo:
«Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con vosotros.
Vosotros me buscareis, pero yo os digo ahora lo mismo que dije a los judíos:
‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’.
Les doy un mandamiento nuevo:
Amaos los unos a los otros. Así como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que sois mis discípulos: en el amor que os tengais los unos a los otros».
San Juan 13,31-33a.34-35
SABÍAS QUE…

Jesús está con los apóstoles celebrando la última cena.
Les ha lavado los pies y ha cenado con ellos.
Ha intentado por todos los medios que Judas se arrepienta y no lleve a cabo su traición.
Jesús consagra el Pan y el Vino y da de comer a los apóstoles, incluido Judas que justo después, sin hacer caso a todo el amor que le tiene Jesús, ni a sus advertencias, se va de la sala para venderlo por 30 monedas de plata.
LENGUAJE SIMBÓLICO…
A Jesús le duele inmensamente la traición de Judas. Sabe que le va a entregar para que le maten. Sabe todo lo que va a sufrir en la cruz.
Mira a sus apóstoles y sabe que ya no volverá a estar tranquilamente con ellos. quiere decirles lo mucho que les quiere.
Cuando uno sabe que va a morir quiere decir a sus seres queridos aquello que le parece más importante para que no lo olviden nunca.
Amaos los unos a los otros. Así como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros.

«Así como yo os he amado»
Jesús es nuestro modelo:

Nos amó hasta la muerte y muerte de cruz.
Nos enseñó a perdonar, perdonando a sus verdugos.
Nos enseñó a servir, sirviendo.
Nosotros solos, por nuestras propias fuerzas, no podemos ni sabemos amar como Él.
¡Pero no estamos solos! Jesús nos da sus fuerzas y su gracia en los sacramentos. Nos habla y nos enseña.
QUÉ ME DICE JESÚS…
¡Solo serás feliz amando!
Todos sabrán que eres mi amigo si quieres a tu familia, a tus amigos, vecinos…
Y alucinarán cuando vean que quieres y perdonas a los que te caen mal, te molestan o son injustos contigo.
¿Recuerdas las obras de Misericordia?

«Tener paciencia con los defectos de los demás»,
lo que te pone nervioso de tus hermanos, tus padres, amigos…
No te enfades.
Respira hondo y sonríe y yo sonreiré contigo.
¿Que tal si lo intentamos esta semana? Yo te ayudaré