Evangelio para niños: Pentecostés

Evangelio según San Juan 20,19-23. 
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes».
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo.
Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
SABIAS QUE…
 

«Los judíos celebraban una fiesta para  dar gracias por las cosechas, 50 días después de la  pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el  sentido de la celebración cambió por el de dar gracias por  la Ley entregada a Moisés.

En esta fiesta recordaban el día  en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las  tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de  Israel lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la  alianza del Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios:  ellos se comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios  se comprometió a estar con ellos siempre.

   

La gente venía de  muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta  de Pentecostés.

En el marco de esta fiesta judía es donde  surge nuestra fiesta cristiana de Pentecostés.»

LENGUAJE SIMBÓLICO...

 «Reciban el Espíritu Santo.
Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
 
Este es el momento exacto en que Jesús le da a los apóstoles, y con ellos a todos los sacerdotes, el poder de perdonar los pecados.
Jesús nos regala el sacramento de la reconciliación (la confesión). Por eso celebramos su Divina Misericordia.
Cuando pedimos perdón ante el sacerdote, es Jesús mismo quien nos perdona.
 
¿Quién es el Espíritu Santo?
 
«El Espíritu Santo es Dios, es  la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. 


La Iglesia nos  enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe  entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan  grande y tan perfecto que forma una tercera persona. 
El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y  después, de manera perfecta, en la Confirmación. 

Con el amor  divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar  a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda  a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.»
 
Señales del Espíritu  Santo:
«El viento, el fuego, la paloma, la nube.

Estos símbolos nos  revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da:
El  viento es una fuerza invisible pero real. Así es el  Espíritu Santo.

 El fuego es un elemento que limpia. Por  ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas  hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los laboratorios médicos  para purificar a los instrumentos se les prende fuego.

El Espíritu  Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en  nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso  al amor.»

Los siete dones del Espíritu  Santo: 

Estos dones son regalos de Dios y sólo con  nuestro esfuerzo no podemos hacer que crezcan o se desarrollen.  Necesitan de la acción directa del Espíritu Santo para poder  actuar con ellos.

  1. SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las  cosas divinas,  para poder juzgarlas rectamente.
  2. ENTENDIMIENTO: Nos ayuda a entender el por qué de las cosas  que nos manda Dios.
  3. CIENCIA:  Nos ayuda a pensar bien y a entender con  fe las cosas del mundo.
  4. CONSEJO: Nos ayuda a ser buenos consejeros de los demás, guiándolos  por el camino del bien.
  5. FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar  toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza en superar  los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. Nos ayuda  a no caer en las tentaciones que nos ponga el  demonio.
  6. PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma  para ayudarle a amar a Dios como Padre y a  los hombres como hermanos, ayudándolos y respetándolos.
  7. TEMOR DE DIOS: Le  da al alma la docilidad para apartarse del pecado por  temor a disgustar a Dios que es su supremo bien.  Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar  como la persona más importante y buena del mundo, a  nunca decir nada contra Él.
*TEXTO EXTRAÍDO ÍNTEGRAMENTE DE EVANGELIO DEL DÍA 
QUÉ ME DICE JESÚS…
No te dejo solo. El Espíritu Santo te enseña, te ayuda a encontrar el camino y a no perderte. Déjate guiar por Él y llenará tu corazón de amor y alegría. ¡Escúchale! que habla bajito.
Para colorear…
Encontrarás muchas ideas para vivir esta fiesta en familia en los blogs de «Familia católica»  y Evangelización católica

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